Dejando la puerta abierta al tabaco, ya es una alerta roja a nuestro organismo.
Primero deja quemaduras a su paso debido a los químicos que lo componen, sino se detienen a tiempo los daños son progresivos generando marcas de por vida en la garganta y cuerdas vocales, la horrible y característica “voz de fumador” continuando al fulminante cáncer de garganta.

Pulmones de una persona normal y una que consume tabaco.
¿Qué es el tabaco?
El tabaco es una planta que es procesada y preparada con nicotiana (mejor conocida como nicotina).
El tabaco contiene muchas sustancias nocivas como lo son diversos alcaloides, que reúne cualidades de narcótico (produce de sueño y relajación muscular) y sedante (tranquilizante) con las de un emético (estimulación de vomito) y diurético (provoca eliminación de agua y electrolíticos del sistema).
Consecuencias de ser ingerida
Una de las principales y no muy conocida es la tabacosis que es el envenenamiento por tabaco, puede causarse por bien sea inhalación del polvo del tabaco; también de forma de neumoconiosis (que es la ingesta de agentes minerales al sistema respiratorio) atribuida al polvo de tabaco.
Otras serian la disfunción eréctil (muy mala para los hombres) debido a la obstrucción de los vasos capilares y la mala circulación de la sangre hacia las zonas específicas, este mismo también puede llevar a un cáncer de próstata (sus primeros signos son las incidencias al momento de orinar).
El tabaco no es un culpable sino un cómplice en cuanto a la enfermedad de la bronquitis ya que como las vías respiratorias están tan afectadas, los virus son más propensos a causar daños debilitando el sistema respiratorio.
Afortunadamente
Muchas campañas antitabaco se han dado a la tarea de que en los espacios públicos donde predominan los transeúntes regulares tengan zonas que está prohibido fumar, bien para que aquellos fumadores pasivos (personas que inhalan el humo del tabaco al estar cerca de un fumador) no se vean afectadas por terceros, ¡Gran alivio!