Cuando los humanos nacen son seres extremadamente delicados, deben mantenerse en constante observación y la cabeza debe ser manipulada con sumo cuido o podría ser perjudicial para el recién nacido.
Una pregunta que suele ser común es el por qué son seres con cabezas tan blandas y eso tiene unas sencillas explicaciones.
Partes del cráneo de un bebé
Ciertamente el cráneo de un bebé pareciera estar completamente cerrado. Sin embargo su división consta de dos huesos frontales, dos parietales y uno occipital, menos parte que la de un ser humano adulto.
Existe un material que se encarga de unir las partes ya mencionadas. Las suturas están hechas de un componente fibroso, se extienden alrededor de la cabeza y permiten el movimiento de los huesos.
Suturas principales
La sutura lamboidea se puede ubicar en la parte posterior de la cabeza y se encarga de unir los huesos parietales al occipital. La sutura coronal se puede extender desde una oreja hasta la otra, aquí se unen los huesos frontales con el parietal. Está extendida desde el área posterior hasta el área superior la sutura sagital une los huesos parietales.
En último lugar podemos mencionar la sutura metópica, en la cual los dos huesos que son frontales se unen y se ubica desde el área superior de la cabeza del bebé, luego pasa por la frente hasta llegar a la nariz.
Importancia de las suturas
Si los bebés no contaran con las suturas los huesos del cráneo no permitirían que pasara por el canal que deben atravesar al momento de nacer. Este material concede el movimiento que los huesos necesitan para poder llegar al mundo.
El cerebro crece conforme el recién nacido se desarrolla. El cráneo no puede ser una estructura fija, porque el órgano necesita expandirse, los huesos obtienen la movilidad gracias a las suturas que todos tenemos después de nacer.