Aunque 1 o 2 tragos de vez en cuando no son motivo para alarmarse, si esto sucede con frecuencia si lo será.
Los daños originados por el consumo excesivo del alcohol son muchísimos y estos se ven reflejados no solo en la salud sino también en el ámbito laboral, social y familiar.
Efectos sobre el corazón
Posiblemente hayas escuchado que una copa diaria de vino es saludable ya que aumenta la circulación.
Pero “OJO” una sola copa, ya que si la dosis es alta puede aumentar la presión sanguínea produciendo hipertensión y dejando un daño permanente en el corazón.
Así mismo puede disminuir la velocidad con la que es bombeada la sangre al corazón ocasionando un paro cardiaco.
Vaso dilatación
Se produce cuando los vasos sanguíneos reciben una estimulación externa en este caso el exceso de alcohol, lo que hace que aumenten su tamaño para lograr un mayor flujo de sangre.
Esto genera enrojecimiento de la piel, sudoración, aceleración del pulso, aumento de la temperatura corporal de la piel, etc.
El alcohol y el cáncer
Cuando hay una presencia excesiva del alcohol en la sangre ayuda a la aparición de tumores en cualquier parte del cuerpo. Dado a que el alcohol es una toxina este perjudica directamente los vasos sanguíneos y el corazón.
Generando así que estos organismos crezcan para lograr que el cuerpo se mantenga en equilibrio. Lo que puede estar asociado con la presencia de un tumor maligno (Cáncer).
Lipoproteínas
Ya que con el consumo de alcohol se producen lipoproteínas en el hígado, las cuales son conglomerados de grasa y colesterol. Estas grasas son recogidas de las arterias y enviadas al hígado, lo cual puede dar pie a una cirrosis (Acumulación de grasas en el hígado).
En conclusión nos queda muy claro que el uso excesivo de alcohol es nocivo para la salud interna de nuestro cuerpo. Y no solo esto sino que además puede representar un peligro para nuestra salud mental.