El intestino delgado se constituye por tres partes importantes vitales para el proceso de descomposición, absorción y obtención de nutrientes. Está conformado por tres partes: duodeno, yeyuno e íleon.
Cada uno de ellas desempeña una función diferente y ayuda la absorción de un nutriente distinto.
Duodeno como principal encargado de absorber vitaminas
El duodeno y el íleon son las únicas partes del intestino delgado encargadas de absorber vitaminas.
Sin embargo, el duodeno se encarga de las vitaminas A y tres vitaminas más provenientes del complejo B, las cuales son: vitamina B; B1, toma los carbohidratos y los convierte en energía; B2 o riboflavina y la vitamina B9, también conocida como ácido fólico.
De igual forma el duodeno también absorbe calcio, magnesio, zinc, hierro y otros nutrientes que aportan energía como: aminoácidos, monosacáridos y junto a la vitamina B1 nutrientes encargados de la filtración de la grasa.
El yeyuno como distribuidor de energía por medio de la vía sanguínea
El proceso que se desarrolla en el yeyuno es uno de los más importantes, debido a que luego de procesar los nutrientes que le corresponde, como paso final, los dirige directamente al torrente sanguíneo, logrando así la distribución de dichos nutrientes por todas las partes del cuerpo.
Esto sucede gracias a la microvellosidad que cubre sus paredes.
El yeyuno absorbe agua, sales como potasio, sodio y cloro. Cabe destacar utiliza los mismos nutrientes energéticos que el duodeno.
Íleon encargado de la vitamina B12
Para completar el proceso de absorción de nutrientes se debe tomar en cuenta el íleon. Al igual que el yeyuno absorbe los mismos nutrientes; potasio, sodio y cloro.
Sin embargo, el íleon se encarga de una vitamina B12, que es de gran importancia por el cuerpo en muchos humano sentidos.
Esta vitamina es vital para el sistema sanguíneo, controla las plaquetas, glóbulos rojos y blancos, se encarga del metabolismo, grasas, proteínas y los carbohidratos necesarios.