El cáncer linfático también llamado linfoma, es la propagación maligna de los linfocitos, los cuales son unas células de defensas del sistema inmunitario; generalmente se ubican en los nódulos y en los ganglios linfáticos.
Cabe destacar que en ciertas ocasiones puede afectar ciertos tejidos como el hígado o el bazo. En fin es un cáncer procedente del tejido linfático.
Vamos a conocer más sobre esta que es una de las enfermedades del sistema linfático.
Clasificación del cáncer linfático
El cáncer linfático pude ser:
El Linfoma de Hodgkin; este tumor se caracteriza como maligno, el cual se desarrolla en el sistema linfático, dicho sistema es parte del sistema inmunológico y se puede decir que los órganos linfoides vienen siendo las amígdalas, el bazo y los ganglios linfáticos.
El Linfoma no Hodgkin; se origina en las células del tejido linfoide, también definidos como linfocitos; estas pertenecen al grupo de los glóbulos blancos y los mismos son responsables de la defensa inmunológica.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer linfático?
Normalmente el cáncer linfático se manifiesta como nódulos linfáticos, que van incrementando de tamaño, estos suelen brotar en zonas accesibles como las axilas, el cuello e incluso la ingle, estos pueden ser palpables comprobando el tamaño dilatado.
Estos nódulos no generan dolor, es importante señalar que cuando se presentan por la parte del abdomen, que es una zona no tan accesible suelen ser desapercibidos.
En este caso el diagnóstico es por una parte difícil; ya que deben presentarse otros síntomas, lo cual exigen el estudio más intenso y completo.
Entre los síntomas del cáncer linfático tenemos; fiebre que supera los 38°C, exceso de sudor en particular de noche y la injustificable pérdida de peso.
¿Cómo prevenir el cáncer linfático?
Actualmente no se ha determinado la prevención del crecimiento de un linfoma, los especialistas aconsejan que se debe llevar una vida saludable, lo cual disminuye el riesgo del padecimiento de este tipo de cáncer, pero aún no se ha establecido un enlace directamente.
Es recomendable tener un organismo libre de obesidad, tabaquismo y de problemas cardiovasculares; no tanto porque se prevenga el cáncer linfático en caso de que se desarrolle, sino que de esta manera, un paciente tiende a tener más posibilidades de superar los tratamientos fuertes de quimioterapia.