Por si no lo sabías, el cuerpo humano está constituido por una cantidad inmensa de unidades funcionales microscópicas, conocidas por el nombre de células. Ahora bien, no todas las células del cuerpo humano son iguales.
Estas se pueden clasificar fácilmente dependiendo de las características que tengan, su composición y de las funciones que las mismas cumplan.
Los diferentes tipos de células del cuerpo, dependiendo del tejido que componen, son las siguientes:
Células epiteliales
Son aquellas células cuya función es recubrir los tejidos. De este tipo de células se componen varias partes del cuerpo, como a piel, los órganos. Este tipo de células se pueden apreciar desde un microscopio.
Estas muy unidas las unas a las otras entre sí, poseen una barrera externa que no permite que ciertas sustancias ingresen al organismo.
Células del tejido conjuntivo
Son aquel conjunto de células del cuerpo humano cuya función es netamente conectiva, es decir, están hechas para vincular a las distintas partes del cuerpo.
Entre las principales células de este tipo se encuentran: las complejas células que conforman los huesos, todas las células que componen los cartílagos del cuerpo y muchas de las células que circulan a través de la sangre.
Células del tejido muscular
Este tipo de células tienen la capacidad de cambiar y modificar su forma acortándose y estirándose dependiendo de las circunstancias y el movimiento que la persona desee realizar.
Este tipo de tejidos no solo se encuentra en los músculos del cuerpo, sino también en los tejidos que componen a ciertos órganos como el corazón y el estómago.
Células del tejido nervioso
Este tipo de células del cuerpo humano son las encargadas de transportar la información y los impulsos provenientes del cerebro a través de todo el sistema nervioso del cuerpo.
Ahora bien, no todos los impulsos provienen del cerebro. Muchos de estos se originan directamente en el sistema nervioso.
Células del tejido óseo
Las células que componen el tejido óseo son:
Células osteoprogenitoras ó células madre
Son células indiferenciadas que poseen carácter de fibroblastos. Son células que estan en reposo que tienen la capacidad de transformarse en un osteoblasto y por lo tanto secretar matriz ósea. Cuando hay que recomponer el hueso se dividen y dan lugar a los osteoblastos (células formadoras de hueso).
Osteoblastos (células primarias del hueso)
Son células diferenciadas capaces de formar hueso por medio de la secreción de matriz ósea (secreción de fibras de colágeno y de sustancia fundamental, que forman el hueso inicial no mineralizado). Son los responsables de que se calcifique la matriz por medio de la secreción de diminutas vesículas matriciales, que son ricas en fosfatasa alcalina.
Osteocitos (sintetizadores de matriz)
Son las células óseas maduras, que provienen del osteoblasto. Son células aplanadas, que están rodeadas de la matriz ósea que secretaron previamente cuando eran osteoblastos. Tienen la responsabilidad de mantener la matriz ósea, ya que pueden sintetizarla y de volver a absorberla, según las necesidades del hueso.
Osteoclastos (macrófagos del hueso)
Son células que poseen muchos núcleos, tienen un gran tamaño y sus funciones principales son las de absorber matriz ósea. El osteoclasto degrada el hueso, y lo hace descansando sobre la superficie ósea, con lo que se forma un profundo hueco que se denomina laguna de resorción.